jueves, 10 de julio de 2014

Temblando.


Me suelen decir que no muestro mis sentimientos, que soy fría, pero para qué ser transparente y sacar a la luz mis puntos débiles pudiendo ser opaca y aparentar ser fuerte y dura como una piedra cuando en realidad soy un flan  que se tambalea de un lado hacia otro como un trapecista apoyado en un solo pie sobre una cuerda.  
                             

Érase una vez.

A veces me gusta pensar que soy la protagonista de la historia de alguien. Que ese alguien pensó y creó todos los adjetivos que me definen. Que hizo que me gustase todo lo que me gusta y que odiase todo lo que odio, que me comportase como me comporto por alguna razón que desconozco, que creó mis manías a su antojo. 
A veces pienso que si fuese la protagonista de una historia y alguna vez me enterase, no sabría si matar o adorar a mi creador, por hacerme sufrir como nadie, por hacerme feliz o simplemente por hacerme como soy, que no es poco.