Llegó sin buscarlo;
sin buscarlo pero buscándonos;
como dos niños jugando al escondite
que al final acaban encontrándose.
Fue curioso tropezar y caer
en la realidad de lo hipotético,
como historias de canciones que escuchamos,
de esas que ya nunca escribes.
Sin querer, pero queriendo;
que no quiero verte, quiero vernos.
Vernos recorriendo las calles;
y recorriéndonos.
Nos ahogamos dentro del miedo.
Por no entenderme, ni entenderte, ni entendernos.
Por acostumbrarnos demasiado rápido,
por suponer olvidando la realidad.
Por mí y por todas mis manías,
por ti y tus complicaciones.
Por las ganas y la impaciencia;
por subir y bajar como montañas rusas.
Deja de intentarlo; hazlo.
No lo sientas tantas veces,
ni aunque deje que lo hagas.
Y ahora no disfrutes; disfrutemos.