Las fichas van cayendo en sus cuadrículas y nadie consigue salvarse, ni siquiera el que parecía más fuerte. Da igual el lado del tablero y el color de las figuras, lo importante es el jaque mate que ha puesto fin a esta partida interminable en la que por una vez no hay ganadores.
En la batalla entre estos reinos de perdedores, los reyes han caído, y con ellos, todo lo que habían creado.